El ser humano ¿eslabón débil de la cadena tecnológica?

Hace poco tiempo, asistí a una reunión de profesionales tecnológicos donde se debatía sobre la urgente necesidad de establecer medios fiables de protección, seguridad y acceso a los datos de carácter personal que obran en las organizaciones. Entre las muchas e interesantes propuestas y reflexiones que se aportaban, me sorprendió una en concreto que afirmaba: "Tanto rollo con la seguridad digital y al final el mayor problema somos las personas".
Es bastante probable que, efectivamente, cuando hablamos de seguridad tecnológica, el eslabón más débil de la cadena sea justamente el factor humano. Es extremadamente significativo, que las acciones de determinados colectivos vayan dirigidas a detener, alarmar o apartarnos de un progreso tecnológico que resulta tan inevitable como imparable, en vez de preocuparse por promover un aprendizaje que enseñe a convivir de una manera positiva con la tecnología y favorecer mecanismos de defensa prácticos ante las dificultades que de estas pudieran dar lugar.

Bajo estas premisas seguramente, u otras similares, ha trabajado en España la Universidad de Deusto, publicando en diciembre de 2016, en la revista  Computers in human behaviour, un interesante trabajo conjunto entre la Facultad de Psicología y Educación y la de Ingeniería acerca del 'Phishing'.
Nos referimos a 'Phishing' como aquel conjunto de acciones tecnológicas que persiguen vulnerar de manera fraudulenta información de carácter personal, como contraseñas o información de cuentas bancarias, de personas físicas o jurídicas para utilizarlas en beneficio de los phishers.

La investigación llevada a cabo por María M. Moreno-Fernández, Fernando Blanco, Pablo Garaizar y Helena Matute ha encontrado que un entrenamiento progresivo y efectivo en la diferenciación de  páginas originales y aquellas que fingen serlo, puede resultar ser una estrategia educativa que mejora las habilidades discriminativas del usuario-Internet y favorece su protección frente a esta práctica.

De nuevo, parece demostrarse, la promoción de la educación digital puede resultar una excelente herramienta de prevención frente a las actividades de riesgo que pueden generarse en el mundo digital.