El pasado febrero de 2017, en el Día Internacional de Internet segura, la empresa tecnológica Microsoft, presentaba los datos de un estudio realizado en varios países
sobre un nuevo concepto que denominó Índice de Civismo Digital (Digital Civity Index). Dicho índice, permitió medir las actitudes y percepciones de
adolescentes y adultos a la hora de exponerse, al menos, a uno de una lista de diecisiete
riesgos que se pueden encontrar a la hora de navegar por Internet, clasificados en cuatro categorías: conducta, reputación,
sexual e intrusismo.
El 65% de los participantes del estudio afirmaba estar
bastante o muy preocupados por al menos uno de los riesgos planteados y uno de
cada cuatro consumidores de Internet reconocía haber experimentado al menos uno de ellos durante
el mes anterior a la encuesta.
Que una de las principales compañías de software mundial se
comprometa a nivel social en nuestra interacción con el mundo tecnológico resulta un hecho muy a tener en cuenta. Internet se ha convertido en un medio indispensable en la evolución y
desarrollo del ser humano, incluso superando una utilización meramente
instrumental. En algo más de diez años la interacción social en este espacio se
ha hecho tan común, que no han sido pocas las instituciones y organizaciones
que han mostrado su preocupación por los peligros que de su uso se puedan generar.
La educación digital y la promoción de individuos implicados con las dificultades que del uso de la red se puedan generar, han de ser una responsabilidad de todo agente educativo y la mejor seguridad por la que podemos apostar en el medio tecnológico, es la generada por la propia responsabilidad de sus usuarios y usuarias.
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