Entrando en materia
Como hace muy poco que hemos pasado la noche de "
Halloween", creo que es un momento oportuno para escribir sobre un tema que puede resultar algo delicado, pero que no por ello deja de ser interesante y que he titulado "
Nadie hablará de nosotras cuando hayamos muerto digitalmente", en alusión a la
película de Agustín Díaz Yanes de 1995 protagonizada por
Victoria Abril, Federico Luppi o Pilar Bardem.
Reflexionemos pues sobre la muerte (digital).
Cerrando puertas
En casos de
fallecimiento, es habitual encontrar un interés de acceso, por parte de herederos o familiares, a las diferentes
cuentas de emails o Redes Sociales del difunto.
Generalmente, la
información digital que obra en la red es privada y se encuentra custodiada por los titulares de las cuentas. Cuando ocurre un caso crítico, resulta complicado para los parientes de la persona afectada, consultar, modificar o dar de baja estos datos protegidos con
contraseñas.
¿Qué podemos esperar?
La
nueva ley española de protección de datos de 2018, que se sustenta en el
Reglamento Europeo de Protección de Datos (RGPD), se ha centrado en proteger los diferentes
derechos digitales de los usuarios y usuarias de Internet, entre ellos el derecho "al olvido", la protección al menor o el testamento digital.
El testamento digital tiene el objetivo de garantizar a los familiares de los finados, el derecho de cerrar los perfiles de estos en redes sociales o acceder a sus cuentas de emails, eso sí, siempre y cuando la persona no lo hubiese prohibido expresamente.
¿Y a qué conclusión llegamos?
Pues que hoy en día, cada internauta tiene la posibilidad de gestionar su futura
herencia digital y en caso de perecer, eligir qué datos sobre sí mismo seguirán accesibles o no para los demás, así como autorizar qué personas podrán acceder a ellos.
Dentro de muy poco será común hacer uso de este tipo de servicios, de hecho ya no resulta extraño encontrar en la red
empresas comerciales que los ofrecen.
Poniéndose al día
Las mayor parte de las
plataformas web tendrán que adaptarse a este tipo de peticiones, generando incluso, configuraciones propias que permitan gestionar los permisos de acceso a sus datos en el futuro.
La red social
Facebook, al igual que ocurre con
cuentas de email de Gmail, acostumbradas ya a este tipo de sucesos, permite a internautas informar sobre estos graves desenlaces, dando la oportunidad de convertir cuentas generales en "conmemorativas" a modo de homenaje.
¡No desesperes! Si la decisión es que tu cuenta de Facebook desaparezca definitivamente una vez llegue este "momento", también puedes configurar que se elimine directamente al recibir la comunicación de lo ocurrido.
En definitiva, que seguimos adaptándonos a nuevos tiempos en los que vivimos y definitivamente también morimos.