La alerta máxima que el Islamismo radical ha obligado a decretar en estas últimas semanas en Francia, comenzó con el asalto de la revista Charlie Hebdo el pasado miércoles 7 de enero de 2015, que se saldó con 12 muertos y continuó con un secuestro en una tienda, que acabó con la vida de 5 personas. Aunque en un primer momento no se conocía la autoría de los fatales hechos, el estado islámico felicitó y clasificó a los asesinos como "héroes" según algunas fuentes, algunos días más tarde, la rama yemedí de Al Qaeda reconoció su implicación en el primero de los atentados.
Todo este entramado que ha copado las noticias de estas últimas semanas nos lleva a reflexionar sobre cómo el terrorismo está interactuando con las nuevas tecnologías.
El avance en la sociedad de la información y las comunicaciones, está aumentando la igualdad de oportunidades en una sociedad que pugna por elevar el sentido de justicia, lamentablemente, también está favoreciendo la conectividad de actividades nocivas, como es la terrorista.
Las plataformas Online, pueden proporcionar a los grupos extremos, herramientas que les permiten la planificación y acción en tiempo real, aún cuando sus agentes se encuentren a kilómetros de distancia.
El conocimiento de los medios de comunicación tecnológicos se conforma por tanto, como una de las principales bazas con la que cuenta y tendrá que contar el terrorismo.
Algunos ya afirman, tal y como aparece en "El futuro digital", de Eric Schmidt y Jared Cohen, que incluso los individuos clasificados como radicales y cuyos pensamientos se encuentran enfrentados a toda la civilización occidental, no dudan, en adoptar el uso de las nuevas tecnologías, reconociendo así, la potencia de este tipo de plataformas, como herramientas para propagar su violento y amenazador mensaje.
En estos últimos meses, no ha sido extraño ver en televisión, numerosos vídeos propagandísticos donde, a modo de videojuego, las fuerzas terroristas despliegan su armamento en entrenamientos al estilo del más puro cine de acción norteamericano, es decir, en un lenguaje que el ciudadano occidental puede entender muy bien.
El nuevo terrorismo se vale de toda la nueva tecnología que les pueda resultar útil para promover sus actividades, así, juguetes como el quadcopters de AR Drone, que puede ser teledirigido mediante Smartphone y que incluye cámara
digital, es uno de los dispositivos que está siendo más usado.
Un nuevo concepto aparece en esta escena tecnológica, el ciberterrorismo o terrorismo Online. Se trata de un ataque virtual, de motivación política o ideológica, dirigida a los sistemas informáticos de información con un objeto de causar daños y producir graves consecuencias . Debido a que la mayoría de nuestros sistemas e instituciones se encuentran conectados a la red, una acción terrorista de este tipo, bien dirigida hacia determinados puntos críticos, podría ocasionar hechos catastróficos que podrían llevar a la anulación de cualquier estructura institucional.
En estos últimos días, las páginas privadas del ejercito estadounidense de Twitter y Youtube estuvieron comprometidas, durante al menos 30 minutos, por un grupo, supuestamente islamista, denominado "CyberCaliphate". El Pentágono negó que se hubiera vulnerado información confidencial, aunque reconoció que el ataque sí había dejado en "ridículo" a la institución, al aparecer una imagen de una persona con el rostro cubierto y la frase "I love you ISIS" (nombre en inglés del Estado islámico) en la cuenta de @centcom, que corresponde con el mando central de EEUU que cubre las operaciones en Afganistán, Yemen, Siria o Iraq.
Pese a esta negativa del Pentágono, la autoría del ataque virtual publicó una supuesta lista de miembros del
ejercito de EEUU con datos personales, así como gráficos supuestamente
obtenidos del pentágono con mapas de Corea del norte y China.
Las operadoras de telefonía, son uno de los objetivos de los grupos terroristas. Captar a personal en estas empresas, les puede proporcionar una gran fuente de información de carácter clasificado como pudieran ser, números de teléfono o datos personales de individuos con participación mediática o política.
El conocimiento técnico se convierte en un elemento de poder para el nuevo terrorismo y los jóvenes occidentales, susceptibles a la captación y con posibilidad de infiltración, otra de sus metas. No hablamos sólo para formar parte de sus filas de terroristas o ciberterroristas sino para formar a sus propios adeptos.
El ciberterrorismo tiene ventajas respecto al terrorismo tradicional, como es la facilidad de vincularse a la ejecución del acto terrorista cuando se sigue manteniendo la integridad física o los escasos costes que requieren la formación del grupo radical, que se vale simplemente de una habitación con cuatro o cinco equipos informáticos y un joven universitario, en algunos casos frustrado o solitario, con ansias de notoriedad, que agasajado por los radicales, les proporcione los conocimientos necesarios para llevar acabo sus planes.
Los jóvenes, con una necesidad ferviente de modificar su situación personal, de autoafirmarse y ser reconocidos, que se ven a sí mismos como individuos de rasgos únicos y a los que el entorno, creen, les priva de sus justas recompensas son herramientas potenciales en manos de los radicales.
El mundo virtual resulta también, el escenario más efectivo para la puesta en marcha de estrategias efectivas para evitar la radicalización y la simpatía por este tipo de ideas extremas. Las instituciones y la sociedad, habrían de responsabilizarse de generar los medios adecuados para la transmisión del mensaje pacífico de contrapartida.
Parafraseando al General Stanley McChrystal, antiguo comandante de EEUU y de la OTAN, podríamos decir que hay dos cosas que agotan las vías del terrorismo y que no están relacionadas con la potencia en los ataques militares: La legalidad y la oportunidad.
La legalidad de mantener un estado donde primen los valores positivos, la libertad y un sistema de leyes y organizaciones sometidas a las normas, donde cualquier modificación deba estar sometida a la jurisprudencia y la oportunidad de mantener un sistema equilibrado, con una adecuada asistencia sanitaria, educativa y generador de empleo y posibilidades.
En definitiva, según el militar, mejorar la calidad de vida de todos los seres humanos, es una de las armas que se suponen más efectivas en la lucha contra el terrorismo.
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