Internet confronta la vida Offline y Online de muchas personas diariamente. El aparente anonimato con el que se actúa en la red, y hasta hace poco fuera de ella, se reconfigura en cuanto se convierte en objeto de persecución de las redes sociales.
Organizaciones diversas, algunas aparentemente alejadas del entorno del ciberespacio, están generando una serie de innovadoras campañas, a través de cuentas abiertas en plataformas sociales Online, que están calando hondo en la población internauta.
La cuenta en Twitter de de la Policía Nacional, por ejemplo, supera ya el millón de seguidores y está revolucionando su imagen en la red. A este respecto; Carlos Fernández Guerra tiene mucho que contar. Este funcionario; reconvertido en Community Manager del cuerpo de seguridad, ha provocado grandes revuelos a través de publicaciones, a veces, bastante sorprendentes y no exentas de polémica.
Fernández Guerra, hace una semana, aprovechaba su intervención en #tecnologicaSC en Santa Cruz de Tenerife para añadir que se congratulaba de que muchos de sus 'tweets' ayudaran a la localización de delitos y delincuentes gracias a la colaboración de su generosa comunidad de seguidores.
Además del arduo trabajo de acercamiento, de instituciones como la anteriormente mencionada, a una población con la que mantenía poco contacto directo y mucho menos simultáneo, hay que destacar también la denuncia pública que de determinadas acciones nocivas o de riesgo, y animadas desde las plataformas digitales, está ejerciendo la población por sí misma.
Los recursos sociales Online, están sometidos a un bombardeo constante de promoción de actitudes positivas y saludables, por medio de citas, profundos mensajes o fotografías, que persiguen una idea de justicia que constituye una materia prima para la construcción de la conciencia social.
No es extraño, encontrar que vídeos virales como; el del joven, de 24 años de edad y actualmente en libertad con cargos, que propinó una patada a una chica en la Avenida Diagonal de Barcelona sirviera para que fuera fácilmente reconocido, localizado y detenido a través del movimiento ciudadano o el del hombre londinense con sobrepeso, que fue motivo de burla en la red al ser grabado mientras bailaba en una discoteca, haya terminado por convertirlo en toda una celebridad, invitado posteriormente con todos los gastos pagados a California a presenciar una fiesta en su honor con posibles actuaciones del compositor de música electrónica Moby o la bailarina Pin-Up Dita Von Teese.
Estamos siendo testigos, de todo un movimiento de justicia ciudadana que actúa desde la red, sujeto a las mismas reglas de anonimato en el que se escudan muchas actividades delictivas y/o dañinas, para la colaboración en la extinción o el resarcimiento de éstas.
Y es que realmente, hoy en día, existen pocos lugares donde esconderse.
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