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domingo, 5 de febrero de 2017

Ciberbullying, un riesgo en la red

Los menores, a través de las relaciones que establecen en los centros escolares, adquieren experiencias que están estrechamente relacionadas con su desarrollo social, emocional y cognitivo. Si partimos de esta afirmación, resulta absolutamente normal que la violencia que se genera en este ambiente se haya convertido en una preocupación de relevancia, no ya solo para la comunidad educativa, sino para la sociedad.
Cabe resaltar en este punto, que este tipo de sucesos que ocurren dentro de los centros educativos, así como tantos otros, no son más que una representación de todo lo que sucede en la vida fuera del centro y de ahi la importancia de una educación coordinada entre hogar y escuela.
     
En el acoso escolar, la conducta agresiva la inicia un menor que ejerce su poder sobre otro, más débil y con el que comparte centro educativo, con la intención de hacerle un daño reiterado. A grandes rasgos, este tipo de conductas se pueden clasificar en físicas y no-físicas, reuniendo estas últimas, prácticas que incluyen desde el acoso verbal al psicológico.

Atendiendo al estudio elaborado por la organización Save the children, "Yo a eso no juego", encontramos que mientras  el 32,1 % de los niños de primer y segundo ciclo de la ESO reconocían haber ejercido agresión física a un compañero, cerca del 50% afirmaban haber insultado u ofendido. Es por esto que el "Ciberbullying", es decir, la utilización de medios telemáticos para ejercer el acoso escolar, se ha convertido en una de las opciones más elegidas por los agresores a la hora de dañar a sus víctimas. El aparente anonimato y distancia de los hechos cuando hacen uso de las TIC, les genera una sensación de impunidad que los anima a progresar en la conducta nociva.

La red y la tecnología son recursos que fomentan la participación, la educación, el acceso a la información, la creatividad, el ocio y el juego, la comunicación o la libre expresión. Sin embargo, entre los riesgos a los que están expuestos los más pequeños cuando las usan encontramos aquellos relacionados con derechos fundamentales como; la libertad, la dignidad, la intimidad o el derecho a ser protegidos contra la violencia.

Observar cambios en los modelos de conducta de los menores cuando actúan dentro y fuera de la red, educar en inteligencia emocional, promover vivencias saludables y equilibradas o generar un ambiente abierto al diálogo, pueden ser herramientas que sirvan para protegerse de esta forma de agresión.

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