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sábado, 28 de junio de 2014

La conducta colectiva, los tiempos están cambiando

El estudio de la conducta colectiva nos lleva a reconocer que en ciertos momentos el individuo se convierte a una entidad social. En los integrantes de una multitud existe una ilusión de unanimidad, esto es, que cada uno de ellos tiene muy claro que "todo el mundo" piensa como él.
La facilitación social provoca que en presencia de otros, una determinada conducta se pueda intensificar. En ese preciso momento, la inmediatez de la acción viene disparada por la proximidad de un gran número de personas sin que exista demasiado tiempo para pensar.
Cuando un grupo actúa, el comportamiento de los integrantes parece sumido en el anonimato, por lo que parece más sencillo violar las normas cuando actuamos entre un gran número de personas y esto parece transmitir cierta invulnerabilidad. O esto último puede que ya no sea así del todo.

El incidente durante el partido donde El Córdoba CF y la UD Las Palmas se jugaban el ascenso a primera división, en el cual un gran número de aficionados de Las Palmas, que hasta ese momento lideraba el marcador, saltaba al campo apenas un minuto antes de finalizar el encuentro, hecho que creó una gran confusión y que se saldaba con la victoria del Córdoba CF una vez reanudado el partido, ha resultado, como mínimo, algo esperpéntico.

No es la primera vez que ocurren sucesos como estos, de hecho han sido hasta ahora bastante habituales, aunque ese anonimato al que antes nos referíamos queda algo diluido en presencia de las nuevas tecnologías y del uso de las redes sociales.
Tal y como ocurrió en los graves incidentes en Vancouver, sin ninguna razón de comparar unos con los otros salvo el de la reflexión final de esta entrada, donde una ciudad canadiense quedó arrasada tras los disturbios ocurridos tras la derrota de los Vancouver Canucks ante los Boston Bruins al final de la liga de Hockey sobre hielo, las redes sociales sirvieron en aquellos para la detención de cualquier implicado en los disturbios cuando estos eran reconocidos a través de las propias fotos que ellos u otros publicaban en las mismas, y en este caso de la UD Las Palmas, para impulsar sobre el grupo de jóvenes aficionados un juicio mediático y popular que los está afectando manera personal, siendo algunos amenazados incluso de muerte, según ellos mismos han manifestado.

Los comportamientos grupales hasta ahora han cumplido, por lo general, una serie de características que con las nuevas tecnologías puede ser que en breve tengan que redimensionarse. Ese anonimato, esa sensación de impunidad de los miembros del grupo que antes citábamos desaparece cuando una cámara de fotos, o un smartphone, y las redes sociales hacen aparición. Hay que reconocer que actualmente esto no es la excepción.
Nuestros actos se convierten en públicos y por tanto estamos expuestos a reacciones de las que hasta ahora no habíamos tenido que preocuparnos.
"The times they are a-changing" que diría el maestro Dylan.





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