Dos personajes de la televisión más "casposa" hacen una aparición el día 30 de mayo en una famosa discoteca tinerfeña ante un acalorado clamor femenino. En el nutrido grupo se encuentran, parece ser, algunas menores. Los jóvenes posan junto con las que se animan a compartir sesión fotográfica con ellos. La noche, la provocación y la burla hacen el resto. El resultado: un buen puñado de imágenes de insinuaciones sexuales y denigrantes que son publicadas en la propia página de la empresa y que alarman a padres y sociedad.
Sucesos como el ocurrido en esta discoteca de Santa Cruz de Tenerife no se tornan puntuales. Este tipo de situaciones y otras análogas lleva ocurriendo desde hace bastante tiempo a nivel global.
¿Es que es necesario que se disparen alarmas para entender que las cámaras de móvil u otros dispositivos análogos combinados con el uso de las Redes Sociales invitan a la publicación? ¿Podemos afirmar que no es otro el objetivo de las mismas sino compartir información?
¿Qué aspectos son los que hemos decidido que los demás conozcan de nosotros? de otra manera ¿qué es lo que hemos aprendido que es positivo compartir valiéndonos de las herramientas tecnológicas?
La educación digital es un elemento esencial no solamente en nuestros centros educativos sino también en nuestros propios hogares, sin embargo y lamentablemente, parece que no se le está dando la importancia necesaria ¿hablamos alguna vez con nuestros hijos de cómo es posible que nos afecte emocional y personalmente una publicación de esta índole? ¿Actuamos en la prevención?
Finalmente la empresa, ha retirado las fotografías de su web pero ¿esto ha servido de algo?
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