Los medios comienzan, cada vez más, a hacerse eco de algunos de los nuevos problemas que derivan de un uso inadecuado de las nuevas tecnologías. Resulta, esta colaboración mediática, imprescindible para prevenir e informar a los usuari@s.
La nomofobia, que viene de la expresión inglesa "no-mobile-phone phobia", trata de un miedo casi irracional a no tener el móvil operativo, sea porque se ha dejado olvidado en casa o porque un aviso de carga insuficiente de batería sorprende en el lugar o el momento más inapropiado. Este tipo de circunstancias pueden llegar a provocar un nivel de ansiedad similar al que se puede sentir antes de un encuentro importante o de una entrevista de trabajo por poner algunos ejemplos.
La necesidad de estar siempre conectados nos lleva a pensar que cuando no tenemos móvil es bastante probable que uno se pierda "algo" que podría traducirse en una llamada urgente de algún familiar o de alguien que reclama nuestra atención o ayuda.
Ese deseo irrefrenable de hacer consultas de mensajes o llamadas casi incesantemente durante una película en el cine o mientras hablamos con nuestra pareja, puede convertirse en un problema cuando la frecuencia de estas acciones terminan por entorpecer la realización de otro tipo de actividades y afectan al equilibrio de las rutinas diarias.
Por lo general, los propios afectados no son conscientes de ello y en muchas ocasiones es su familia, pareja o amistades quienes comienzan a destapar el sobreuso.
Aunque los adolescentes, que carecen de demasiadas estrategias para combatir este tipo de dificultades, son uno de los grupos de más riesgo no hay que olvidar que este tipo de problemas pueden afectar a las personas de cualquier margen de edad.
Ya en febrero de este mismo año, la Sociedad Española de Medicina de la Adolescencia (SEMA) afirmaban que esta "adicción" podía compararse en algunos casos a lo que sucede con el consumo de algunas drogas.
El dolor de estómago, de cabeza, pensamientos obsesivos, taquicardias o la ansiedad pueden ser algunos de los síntomas que ayuden a detectar un posible abuso del teléfono móvil.
Lo más recomendable en estos casos es buscar algunos momentos del día donde podamos proceder al "apagado" del dispositivo, como pudieran ser: las comidas, la noche y el tiempo de ocio.
En cualquier caso, no dudar en caso de necesidad de solicitar la ayuda de un profesional.
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