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jueves, 24 de julio de 2014

Por una revolución educativa



Nadie pone en duda que las nuevas tecnologías suponen una verdadera revolución en la ciencias de la educación.

El programa escuela 2.0, favoreció en España, a partir del año 2009, la integración de las TIC's en los centros educativos. Hoy, los ordenadores y las pantallas digitales son habituales en las aulas. La pregunta es ¿cuál es el uso de estos dispositivos en beneficio del aprendizaje?

Fuera del entorno escolar, el alumnado se desenvuelve hábilmente frente a los equipos informáticos. Está acostumbrado a ejercer el control sobre todo tipo de dispositivos tecnológicos; decide lo que quiere, cuándo lo quiere y de qué forma lo quiere, sin embargo, esto no ocurre en la escuela, en ella el/la alumno/a pierde su poder de elección y son otr@s l@s que los que deciden de una forma, por lo general, aburrida y exasperante para el ritmo al que están acostumbrad@s.

La instrucción en la formación reglada pierde su capacidad de sorpresa y autodescubrimiento, se aleja del aprendizaje natural donde el menor despierta su comprensión en aquello que realmente le interesa y no lo que se le impone. Se trata de una enseñanza encorsetada en los programas educativos que terminan siendo bastante similares a los que recibieron sus progenitores, cuando ahora, su realidad es muy diferente.

En este momento de revolución tecnológica constante deberíamos preocuparnos también por una revolución en la educación que vaya de la mano con las exigencias de este nuevo mundo digital.

Si no parte de nosotr@s la adaptación, el cambio y la mejora, antes o después será Google quien se encargue de la educación de nuestros jóvenes.


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